Historia de Atapuerca

Como ocurre con frecuencia con los yacimientos prehistóricos, el descubrimiento de Atapuerca se debió al azar. En este caso, los yacimientos de la Trinchera no se hubieran encontrado de no ser por una gran obra de construcción decimonónica. Hacia finales del siglo XIX España estaba incorporándose a la revolución industrial. Las primeras siderurgias vascas crearon un polo de atracción económico regional, que a su vez activó las zonas más próximas, como Burgos. La alta tecnología del momento demandaba carbón y mineral de hierro en enormes cantidades. Los yacimientos de León y Asturias estaban en plena explotación, pero hacía falta más. La Sierra de la Demanda, a unos 50 kilómetros al este de Burgos, tiene vetas de hulla y de mineral de hierro que podían convertirse en minas, siempre que fuera posible llevar el material a Vizcaya, donde estaban los altos hornos. En aquella época sólo había una solución: hacía falta un ferrocarril. Un emprendedor británico, Richard Preece Williams, se preocupó de ambos proyectos, dado que estaban relacionados. Así, invirtió en minas en varios pueblos de la Sierra de la Demanda, como Pineda, Riocavado, Barbadillo de Herreros, Monterrubio de la Demanda o Valle de Valdelaguna, y se dispuso a construir un ferrocarril minero.
As often happens with the prehistoric, the discovery of Atapuerca was due to chance. In this case, the deposits of the trench had not been found but for a great work of nineteenth-century building. By the late nineteenth century Spain was joining the industrial revolution. The first Basque steel mills created a regional economic center of attraction, which in turn activated the closest areas including Burgos. The high technology of the moment demanded coal and iron ore in huge quantities. Deposits of Leon and Asturias were in full operation, but more was needed. Demand the Sierra, about 50 kilometers east of Burgos, has streaks of coal and iron ore mines could become, if possible bring the material to Biscay, where they were blast furnaces. At that time there was only one solution: needed a railroad. A British entrepreneur Richard Preece Williams, cared for both projects, since they were related. So he invested in mines in several villages of the Sierra Demand as Pineda, Riocavado, Barbadillo de Herreros, Monterrubio Demand or Valdelaguna Valley, and began to build a mining railroad.



Para ello creó una compañía, The Sierra Company Limited, encargada de construir una línea férrea de vía estrecha desde Monterrubio de la Demanda a Villafría, a las puertas de Burgos. La idea era transportar el carbón y el mineral de hierro desde la Sierra de la Demanda hasta el enlace con la línea Burgos-Bilbao, desde donde podía ser transportado a las siderurgias vascas. El permiso para iniciar las obras fue concedido en 1896, año en que comenzó la construcción, que fue difícil y cara. La compañía contrató 1.500 operarios para llevar a cabo los 65 kilómetros de la obra total, que estuvo acabada en 1901. Una subvención de la Diputación aseguró que su carácter no sería exclusivamente minero; como condición para recibir el dinero, The Sierra Company tuvo que comprometerse a transportar pasajeros y mercancías. 
They created a company, The Sierra Company Limited, in charge of building a narrow gauge railway line from Monterrubio Demand to Villafria, at the gates of Burgos. The idea was to transport coal and iron ore from the mountains of the Complaint to the intersection with the line Burgos-Bilbao, where he could be transported to the Basque iron and steel industries. Permission to begin work was granted in 1896, the year construction began, it was difficult and expensive. The company hired 1,500 workers to carry out the 65 kilometers of the total work, which was finished in 1901. A grant from the council said his character would not be exclusively mine, as a condition of receiving the money, The Sierra Company had to undertake to carry passengers and goods.
 Para ello se compraron cuatro locomotoras de vapor y diverso material móvil.Sin embargo, la línea nunca llegó a consolidarse económicamente, debido a los elevados precios que impuso Ferrocarriles del Norte, encargada del transporte desde Villafría a Vizcaya. Hacia 1910 la línea férrea dejó de funcionar, y en 1917 la sociedad Vasco-Castellana, heredera de The Sierra Limited Company, quebró y desapareció definitivamente. Aún hoy se conservan puentes, taludes, túneles y estaciones de aquel ferrocarril. Fueron las obras de este ferrocarril las que dejaron al descubierto los yacimientos, al atravesar las estribaciones de la Sierra de Atapuerca para abrir camino a las vías.
This was purchased four steam locomotives and other material móvil.Sin however, the line was never financially strengthened due to the high prices imposed by Northern Railways, responsible for transport from Villafría Vizcaya. By 1910 the railroad ceased operation, and in 1917 the Basque society Castellana, heiress of The Sierra Limited Company, went bankrupt and disappeared forever. Still preserved bridges, embankments, tunnels and stations that railroad. Were the works of this railroad that uncovered the fields, passing through the foothills of the Sierra de Atapuerca to make way for the tracks.
La Cueva Mayor, una cavidad situada apenas a medio kilómetro de la Trinchera, ya era conocida desde al menos el siglo XV, según testimonios históricos; en su interior hay una inscripción que dejó Fray Manuel Ruiz, con la fecha 22 de octubre de 1645. En 1863, Felipe Ariño solicita la concesión de la propiedad de la cueva, para evitar su deterioro; ese mismo año aparece la primera noticia de la existencia de restos humanos en un cueva cercana, la Cueva Ciega. En 1868 ya hay un guía oficial, Ramón Inclán, y es descubierta por la ciencia. Pues en ese año aparece la "Descripción con Planos de la Cueva llamada de Atapuerca", de los ingenieros de minas Pedro Sampayo y Mariano Zuaznávar, con grabados de Isidro Gil. Hacia 1880 se denuncia a un industrial vallisoletano por cargar un carro de estalactitas y estalagmitas robadas en la Cueva Mayor, que le son decomisadas; este material acabará en dos fuentes públicas, una en Burgos y otra en Valladolid. En 1890, Ramón Inclán solicita una supuesta explotación minera en el interior de la cueva, y entre la documentación adjunta planos en los que aparece por primera vez un pequeño recodo llamado entonces "el silo", que es la actual Sima de los Huesos.
   La Cueva Mayor, a cavity located just half a kilometer from the Trench, was already known since at least the fifteenth century, according to historical records, inside is an inscription left by Fray Manuel Ruiz, dated October 22, 1645. In 1863, Philip Ariño requesting the grant of ownership of the cave, to prevent spoilage, the same year appears the first news of the existence of human remains in a nearby cave, the Cave Blind. In 1868 there is already an official guide, Ramon Inclan, and is discovered by science. For in that year appears the "Description with drawings call Atapuerca Cave" of mining engineers and Mariano Zuaznávar Pedro Sampayo, with engravings of Isidro Gil. By 1880 an industrialist is reported to Valladolid for a car load of stalactites and stalagmites in the Cave Mayor stolen, you are seized, this material will end in two public sources, and another one in Burgos in Valladolid. In 1890, Ramon Inclan an alleged mining claims inside the cave, and from the accompanying drawings in which first appears a little corner called then "the silo" which is the current Pit of Bones.
En 1910, el arqueólogo Jesús Carballo descubrió el yacimiento de la Edad del Bronce y las pinturas que hay en la boca de Cueva Mayor, conocida como el Portalón, y en su interior. Este yacimiento fue estudiado entre 1911 y 1912, y generó el interés de algunos de los más importantes arqueólogos de la época. El lugar fue visitado y estudiado por el Abate Henri Breuil (uno de los padres del estudio del arte rupestre en Francia) y Hugo Obermaier, autor de El Hombre Fósil (1926). De especial interés para estos investigadores son las pinturas rupestres, y sobre todo la cabeza de caballo de la entrada de Cueva Mayor. En 1925-30, J. Martínez-Santaolalla incluye el Portalón en su estudio sobre el Neolítico de Burgos. Pero los acontecimientos históricos determinaron un parón en las investigaciones en la Sierra. Nada se hizo durante decenios.
In 1910, archaeologist Jesus Carballo discovered the site of the Bronze Age and the paintings in the mouth of Cueva Mayor, known as the Portalón, and inside. This site was studied between 1911 and 1912, and generated interest from some of the most important archaeologists of the time. The site was visited and studied by Abbé Henri Breuil (one of the parents in the study of rock art in France) and Hugo Obermaier, author of Fossil Man (1926). Of special interest to researchers are the cave paintings, and especially the horse's head from the entrance to Cueva Mayor. In 1925-30, J. Martínez Santaolalla Portalón includes in his study of the Neolithic of Burgos. But historical events determined a slowdown in research in the Sierra. Nothing was done for decades.
En los años cincuenta volvió a haber actividad en Atapuerca. El Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE), de Burgos, empezó por aquel entonces a catalogar y cartografiar con detalle las cavidades de la región, incluyendo la Cueva Mayor. En 1962, miembros del GEE comunican la existencia de fósiles en la Trinchera de Ferrocarril a las autoridades. En 1963, Basilio Osaba muestrea la Trinchera y encuentra un hacha de mano que asigna al Achelense. En 1964 y 1966, Francisco Jordá efectua excavaciones allí, en la Trinchera y en Cueva Mayor, respectivamente. El resultado es la primera estimación de la antigüedad del Yacimiento de Trinchera: más de 500.000 años, según el análisis de la fauna llevado a cabo por Juan Francisco Villalta. En 1968, Narciso Sánchez, miembro del Instituto Paleontológico de Sabadell, enviado por Miquel Crusafont, tomó muestras de en la Trinchera.
In the fifties there were again active in Atapuerca. The Edelweiss Speleological Group (TG), Burgos, began at that time to catalog and map in detail the cavities in the region, including the Cueva Mayor. In 1962, members of the EGE report the existence of fossils in Trench Railway authorities. In 1963, Basil Osaba Trench samples and found a hand ax assigned to the Acheulean. In 1964 and 1966, Francisco Jordá effected excavations there in Trench Cave and Mayor, respectively. The result is the first estimate of the age of the Trench Field: more than 500,000 years, according to the analysis of fauna conducted by Juan Francisco Villalta. In 1968, Narciso Sanchez, a member of the Paleontological Institute in Sabadell, sent by Miquel Crusafont, sampled in Trench.

En 1972 el GEE descubre la Galería del Sílex, una rama lateral de Cueva Mayor que contiene un santuario prehistórico con restos de diferentes épocas, desde el Neolítico a la Edad del Bronce. El lugar estaba intacto; un derrumbe del techo cerró la boca de la galería, dejándolo tal y como estaba en aquella época. Los trabajos efectuados revelaron vasijas de cerámica rotas intencionadamente en estrechos rincones, enterramientos en zonas casi inaccesibles de la cueva, un muro construido como barandilla para hacer más segura una sima en cuyo fondo estaban aún los cadáveres de un par de accidentados. Y también una explotación de sílex, un tipo de roca de excelente calidad para fabricar herramientas de piedra. En la pared había además unos extensos paneles de pinturas y grabados, que son interpretados como evidencia de que aquel lugar era un santuario. Ante la importancia del hallazgo, la Diputación Provincial de Burgos procede a cerrar con una verja metálica el acceso a la cueva. En aquellos años se inician una serie de problemas con las autoridades militares, por el uso de la Trinchera como lugar de prueba de explosivos; la zona es, desde 1973, campo de maniobras del Ejército. Por entonces, el Grupo Edelweiss solicitó la protección completa de los yacimientos, intentando evitar la expropiación de los situados en el término municipal de Ibeas de Juarros, y la declaración del conjunto como Monumento Histórico-Artístico.
In 1972 the EGE check Flint Gallery, a side branch of Cueva Mayor shrine containing prehistoric remains of different periods, from the Neolithic to the Bronze Age. The place was intact, a roof collapse closed the mouth of the gallery, leaving it as it was at that time. The work carried out revealed intentionally broken pottery vessels in narrow places, burials almost inaccessible areas of the cave, a wall built as a railing to make sure a pit at the bottom of the corpses were still a couple of casualties. And exploitation of flint, a type of rock of excellent quality for making stone tools. On the wall was also a large panel paintings and engravings, which are interpreted as evidence that the place was a sanctuary. Given the importance of the find, the Provincial de Burgos proceeds to close with a metal fence access to the cave. In those years he began a series of problems with the military authorities for the use of Trench as a test of explosives; the area since 1973, Army field maneuvers. By then, the Edelweiss Group requested full protection of deposits, trying to avoid the expropriation of those in the municipality of Ibeas of Juarros, and the declaration of all Historic-Artistic Monument.
 En 1973, Juan María Apellániz inicia el estudio de la Galería del Sílex y del Portalón de Cueva Mayor en colaboración con los espeleólogos del Grupo Edelweiss. Por aquel entonces, el ingeniero de Minas Trinidad Torres, que estudiaba osos fósiles del Pleistoceno español, estudia en Sabadell restos de Atapuerca, llevados allí por la expedición clandestina de Narciso Sánchez en 1968. Torres entra en contacto con el GEE en 1975, y en 1976 prepara una excavación en la Sierra. Torres trabajaba entonces en su tesis doctoral sobre Úrsidos del Pleistoceno, en especial los llamados Osos de las Cavernas, poco estudiados en España.
In 1973, Juan Maria Apellániz begins the study of the Gallery of Flint and Portalón of Cueva Mayor in collaboration with Edelweiss Group cavers. At that time, the mining engineer Trinidad Torres, who was studying Spanish Pleistocene fossil bears, studies in Sabadell remains of Atapuerca, brought there by the clandestine expedition of Narciso Sanchez in 1968. Torres comes into contact with the GEE in 1975 and in 1976 prepared an excavation in the Sierra. Torres was working on his doctoral thesis on ursids Pleistocene, especially the so-called cave bear, little studied in Spain.
Trinidad Torres, con el permiso de Apellániz, entró en la Sima de los Huesos para extraer restos de oso. Entre los huesos extraídos de la Sima aparecieron unos fragmentos de mandíbula que no eran de oso. Eran fósiles humanos, lo que constituía un hallazgo excepcional, ya que, por los restos de oso, se sabía que el yacimiento era de una época remota. Aquella mandíbula, llamada AT-1, con otros dos fragmentos de mandíbula más (AT-2 y AT-3), junto a un puñado de dientes y dos fragmentos de cráneo, fueron los primeros restos humanos de la Sierra de Atapuerca. Torres llevó la mandíbula a su director de tesis, el paleontólogo Emiliano Aguirre: la forma de aquella mandíbula sugería gran antigüedad. Además, la morfología de los osos colocaba al yacimiento en el Pleistoceno Medio. Por aquel entonces, y aun hoy, los yacimientos europeos con fósiles humanos tan antiguos pueden contarse con los dedos de una mano. Este importante hallazgo llevó a E. Aguirre a plantear en 1977 el primer proyecto de investigación moderno cuyos objetivos eran conocer la Evolución Humana en Europa durante el Pleistoceno Inferior y Medio y formar un equipo de investigadores españoles capaz de llevar adelante tal investigación.
Trinidad Torres, with the permission of Apellániz, entered the Pit of Bones to remove traces of bear. Among the bones taken from the Sima jaw fragments appeared that were not bear. They were human remains, which was an exceptional finding, since, for the remains of a bear, it was known that the site was a remote epoch. That jaw, called AT-1, with two lower jaw fragments (AT-2 and AT-3), with a handful of teeth and two skull fragments, were the first human remains from the Sierra de Atapuerca. Torres took the jaw to his advisor, paleontologist Emiliano Aguirre: the shape of jaw that suggested great antiquity. In addition, the morphology of the bears placed the site in the Middle Pleistocene. At the time, and even today, the European sites with human remains as old can be counted on the fingers of one hand. This important finding led to E. Aguirre to propose in 1977 the first research project whose objectives were to meet modern human evolution in Europe during the Middle Pleistocene and form a team of Spanish researchers capable of carrying out such research.
Sin embargo, no se detienen las agresiones a los yacimientos y las actividades de furtivos, aventureros y gamberros, así como del ejército, provocan un deterioro irreversible. Los continuos expolios propiciaron finalmente que en 1987 la Junta de Castilla y León iniciara los trámites para la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de los yacimientos de la Sierra de Atapuerca (delimitando un área de 2,5 km2, menos de una tercera parte de la superficie total de la Sierra), resolución que se produjo definitivamente en diciembre de 1991, tras 18 años de luchas y trámites, alcanzando así el mayor grado de protección que establece la Ley 16/85 sobre Patrimonio Histórico Español.
En 1990 se jubila E. Aguirre y se hacen cargo del proyecto los profesores J.L. Arsuaga, J.M. Bermúdez de Castro y E. Carbonell que lo dirigen en la actualidad. La década de los noventa ha sido prodigiosa para los yacimientos y sus investigaciones, con los nuevos descubrimientos en la Sima de los Huesos y la Gran Dolina. Gracias a una excelente labor científica y divulgativa por parte del equipo de investigación, hoy día el proyecto de Atapuerca tiene una gran prestigio científico y una gran repercusión social. El reconocimiento a esta doble labor llega en 1997 cuando el equipo es galardonado con dos importantísimos premios: el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica y el Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades.
El 30 de noviembre de 2000 la UNESCO declara Patrimonio de la Humanidad a los yacimientos de la Sierra de Atapuerca debido a su excepcionalidad y autenticidad. Esperemos que esta declaración pueda garantizar la conservación de la Sierra para las generaciones futuras, pero esta labor nos atañe a todos. Con este galardón Atapuerca entra, a las puertas del siglo XXI, a formar parte del Patrimonio Mundial, aquel que sobrepasa las fronteras de las administraciones y los idiomas, alcanzándose el final de una larga etapa iniciada a mediados del siglo XIX, a la que se han sumado muchas voces para proteger, conocer y difundir de manera integral los extraordinarios valores de este patrimonio único.
But do not stop attacks on sites and activities of poachers, adventurers and thugs, and the army, causing irreversible damage. The continued depredations in 1987 finally led to the Castilla and Leon started the proceedings for the declaration of Cultural Interest (BIC) of the deposits of the Sierra de Atapuerca (delimiting an area of ​​2.5 km2, less than one third part of the total area of ​​the Sierra), resolution was definitely in December 1991 after 18 years of struggle and formalities, reaching the highest level of protection established by Law 16/85 on Spanish Historical Heritage.In 1990 he retired E. Aguirre and take charge of the project teachers JL Arsuaga, J.M. Bermudez de Castro and E. Carbonell who run it today. The nineties has been prodigious for the sites and their research, with new discoveries in the Pit of Bones and the Gran Dolina. Thanks to an excellent and informative scientific work by the research team, now the Atapuerca project is of great scientific prestige and high social impact. The recognition of this dual role came in 1997 when the team is awarded two very important awards: the Prince of Asturias Award for Scientific and Technical Award and Castilla y León of Social Sciences and Humanities.On 30 November 2000, UNESCO declared World Heritage sites in the Sierra de Atapuerca because of its uniqueness and authenticity. We hope that this statement can ensure the preservation of the Sierra for future generations, but this work concerns us all. With this award comes Atapuerca, on the threshold of XXI century, a part of World Heritage, one that transcends the boundaries of government and languages, reaching the end of a long period that began in mid-nineteenth century, to which Many voices have joined to protect, publicize and disseminate a comprehensive manner the extraordinary value of this unique heritage.
 

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